Sin título

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Feliciano Centurión

Sin título

Acrílico y esmalte sobre frazada

A principios de la década de 1980, Feliciano Centurión (1962 – 1996), nacido en Paraguay, se mudó a Buenos Aires y se integró a los circuitos de experimentación identificados con la cultura underground de esa ciudad. Formó parte del grupo de artistas que expuso en el Centro Cultural Rojas y que tuvo un rol fundamental en la definición del arte contemporáneo argentino. A mediados de la década de 1990, Centurión comenzó a utilizar sus características frazadas que compraba en locales del barrio de Once. Sobre estas superficies desplegó su pintura, reemplazando la tela como el soporte tradicional, y dando lugar a obras de gran formato. Plantas, flores, insectos, seres marinos, animales de granja y otros propios de su lugar de origen como yacarés, lagartos y surubíes, son los motivos con los que el artista intervino las mantas, a veces, con aires de fantasías naif y una ternura vinculada a lo infantil. Para Centurión, apropiarse de objetos de consumo e intervenirlos manualmente era una forma de significar el paso de los sentimientos. En ese sentido, la obra Sin Título (1993), aún colgada en la pared al modo de un tapiz, evoca la presencia del cuerpo y su fragilidad y el abrigo como forma de afecto y de cuidado. Más tarde, Centurión se involucró con técnicas manuales asociadas a quehaceres femeninos como el bordado, el crochet o el ñandutí paraguayo. En este sentido, así como sus obras marcaban la tensión entre la serialidad de los productos de mercado y el acabado artesanal, el artista decía plasmar en ellas “la crisis de la oposición binaria entre lo femenino y lo masculino”. Después de haber sido diagnosticado con VIH en una época donde no había un tratamiento accesible, Centurión comenzó a valerse de su obra para registrar el paso de la enfermedad por su cuerpo, así como para ofrecer una contra-narrativa al relato que presentaban los medios de comunicación.