Cadena de pollos
Nicola Constantino
Cadena de pollos
Calco de pollo en silicona blanca
En veinte años de producción, la obra de Nicola Costantino (Rosario, 1964) fue diversificándose desde la escultura, la vestimenta, los objetos mecánicos e instalaciones hacia la fotografía, la video-instalación y la gastronomía. El cuerpo, humano o animal, y su tratamiento violento a través del consumo y de la moda es el eje que cruza su investigación artística. Atraída por los materiales poco convencionales, Costantino se familiarizó tempranamente con los moldes de silicona, la matricería en resina poliéster, la inyección de espuma flexible de poliuretano y también, con las técnicas de taxidermia. Como resultado de esta formación, a lo largo de la década de 1990, presentó una serie de obras y experiencias performáticas en las que recurrió a la exhibición de animales momificados, calcados o cocinados. En esta línea de trabajo se incluye Cadena de pollos (1997), una tira colgante de cinco metros en la cual un número de calcos de pollo se engarzan entre sí mediante la introducción de la cabeza de uno en orificio anal del siguiente. La obra imita las formas sofisticadas de la joyería y el diseño de bienes de lujo, pero haciendo uso de cuerpos de animales como motivo decorativo, y despertando en quien la ve un sentido incómodo de la belleza. Hacia 1995, Costantino presentó piezas de indumentaria confeccionadas en silicona que replicaba la piel humana y, más tarde, fabricó jabones con grasa extraída de su propio cuerpo, obra que acompañó con la producción de piezas publicitarias falsas. Desde la primera década de los 2000, la artista ha incursionado en la fotografía y el audiovisual en los que se incluye de manera autorreferencial encarnando escenas de la historia del arte y personajes femeninos paradigmáticos. Además, realiza grandes puestas en escena que involucran performance, gastronomía e instalación generando una experiencia integral para los sentidos, desde el sabor hasta el aroma.